Allá donde la tierra y el mar se dan la mano suelen ocurrir cosas muy, muy interesantes. ¿Por ejemplo? Crestas de rocas que podrían ser la aleta dorsal de un dragón, playas gigantes, marismas que cambian radicalmente con las mareas… Hemos seleccionado cuatro espacios de la España Verde con unos atractivos y singularidades únicos: la variedad es tal que creerás haber conocido un continente entero.
Reserva Natural Parcial de la Ría de Villaviciosa. Asturias
¿Dónde se encuentra la Reserva Natural Parcial de la Ría de Villaviciosa?
Basta con activar Google Maps, buscar la localidad de Villaviciosa en Asturias y descubrir la gran cicatriz de agua dulce y salada que penetra desde el mar Cantábrico hasta las mismísimas puertas de la villa. Esa es, ahí está la Reserva Natural de la Ría de Villaviciosa, casi 8 kilómetros lineales de playas, dunas, marismas, alguna isla, arroyos y regatas protegidos desde el año 1995. Mil hectáreas (es decir, mil campos de fútbol) de naturaleza en uno de los estuarios mejor conservados del litoral Cantábrico.
¿Qué tiene de especial la Reserva Natural Parcial de la Ría de Villaviciosa?
La ría es un auténtico paraíso para amantes fervorosos de la naturaleza pero, también, para aquellos que, aun sin conocer el nombre científico de la Gaviota Cabecinegra o el mejor mes para contemplar el paso del Ruiseñor Pechiazul, gozan en un entorno natural tan apabullante. Su mayor valor radica en la extraordinaria biodiversidad que alberga: más de 150 especies de aves acuáticas (algunas de ellas muy poco comunes) utilizan este humedal como zona de invernada o descanso migratorio. Bastan unos prismáticos para observar con facilidad, sobre todo durante los meses fríos, garzas reales, cormoranes, zarapitos o ánades. El hecho de que la reserva esté rodeada de otros iconos típicos asturianos (praderas verdes y montañas de perfiles suaves) o que sea vecina de Villaviciosa, capital de la sidra asturiana, son otras bazas a tener muy en cuenta.
¿Qué no debo perderme en la Reserva Natural Parcial de la Ría de Villaviciosa?
- El recorrido más popular nace junto al Centro de Interpretación de la Ría, ubicado en el puerto de El Puntal. Desde allí, un sendero señalizado permite caminar junto al estuario mientras se observan aves en los miradores de El Cierrón y Misiego. No hay que obviar las construcciones humanas que, durante siglos, han tratado de aprovechar la ‘energía’ que emana la ría y las mareas como los molinos o los embarcaderos tradicionales
- Otro punto imprescindible es la playa de Rodiles, una de las más bellas de Asturias y respalada por un bosque de eucaliptos de una geometría casi perfecta. Sus dunas, protegidas, forman un ecosistema singular donde conviven plantas autóctonas y aves limícolas. Para quienes busquen calma y observación, las mareas bajas son el mejor momento: cuando el agua se retira, la ría se convierte en un desierto húmedo en el que aflora la vida.
¿Qué lugar secreto puedo conocer cerca de la Reserva Natural Parcial de la Ría de Villaviciosa?
Uno en el que el contraste está servido. Muy pocos kilómetros tierra adentro, se levanta la iglesia de San Salvador de Valdediós, bautizada como el ‘conventín’ por sus reducidas dimensiones. Merece la pena conocer esta joya románica (y el monasterio hermano) rodeada de prados y bosques, parada obligada en los Caminos de Santiago del Norte.
Geoparque Costa Quebrada. Cantabria
¿Dónde se encuentra el Geoparque Costa Quebrada?
Más sencillo, imposible: el geoparque arranca en las puertas mismas de Santander, en la costa occidental de la capital, y recorre veinte kilómetros de litoral hasta la playa de la Cuchía, en Miengo, junto a la desembocadura del río Saja. Comprende una veintena de kilómetros de una riqueza geológica extraordinaria que puede apreciarse (y disfrutarse) desde tierra firme o desde el mar. El gran tesoro del Geoparque son las múltiples formas de erosión marina como acantilados, tómbolos, urros (pequeños islotes costeros), dunas o plataformas de abrasión, amén de los atractivos naturales de una costa tan afortunada como la Cántabra: inmensas playas surferas, calas protegidas, pinares junto al mar o extensos humedales.
¿Qué tiene de especial el Geoparque Costa Quebrada?
Basta un dato para poner en valor cuán especial es este tramo de costa: en cualquier otro lugar serían necesarios más de 100 kilómetros para encontrar la misma variedad geológica que aquí se concentra en apenas 20. Hay quien lo ha descrito como un laboratorio natural al aire libre en el que apreciar los experimentos que la Naturaleza ha llevado a cabo en los últimos 120 millones de años. No andan descaminados pero faltan ingredientes en esa ecuación: los pueblos con encanto, los prados verdes que mueren junto al mar, los atardeceres disfrutables desde mil y un miradores (la Costa Quebrada es un destino Premium para amantes de la fotografía) o, por supuesto, la gastronomía cántabra. Todo ello fue muy tenido en cuenta por la UNESCO que sumó la Costa Quebrada a su red de Geoparques Mundiales en 2025.
¿Qué no debo perderme en el Geoparque Costa Quebrada?
- Playa de Valdearenas. Un arenal extenso vigilado por dunas móviles y olas ideales para surfistas. Forma parte del Parque Natural de las Dunas de Liencres o lo que es lo mismo: un buen puñado de senderos para olvidarse del mundanal ruido.
- Playa de la Arnía. Podría tratarse de un escenario de una película de espada y brujería pero no: es real. Una playa protegida por murallones rocosos que emergen del mar como si fueran las aletas de un banco de tiburones.
- Mirador de La Picota, junto a la ría de Mogro. Un punto privilegiado para ver el atardecer y apreciar los últimos meandros de la ría, la costa occidental, la playa de Valdearenas o las praderas que alfombran Cantabria.
¿Qué lugar secreto puedo conocer cerca del Geoparque Costa Quebrada?
Pocos kilómetros tierra adentro, escondido entre colinas y prados verdes, se encuentra el Pozo Tremeo, un curioso lago circular situado en Polanco. Este enclave, rodeado de robles y leyendas, es una dolina —una cavidad de origen kárstico— que cambia de nivel según las lluvias y las mareas subterráneas. La creencia popular dice que es un ‘ojo del mar’, una ventana que conecta con las entrañas del mismísimo Cantábrico y que se encuentra dentro del propio parque de Costa Quebrada.
Geoparque Costa Vasca. Euskadi
¿Dónde se encuentra el Geoparque de la Costa Vasca?
En uno de los tramos más afortunados y menos conocidos de la costa guipuzcoana, a apenas una treintena de minutos de Donostia/San Sebastián y separada por una pequeña cordillera costera de la turística Zarautz. El Geoparque de la Costa Vasca se extiende a lo largo de los municipios de Mutriku, Deba y Zumaia, en un tramo de litoral de casi veinte kilómetros y esconde un tesoro geológico único en el mundo: un libro abierto, escrito durante millones de años y en el que puede leerse, entre otras muchas historias, el momento en el que un gran meteorito impactó contra la Tierra. ¿Algo más que deba saber? Sí, en 2015 fue declarado Geoparque Mundial de la UNESCO.
¿Qué tiene de especial el Geoparque de la Costa Vasca?
Más allá de la belleza natural de estos parajes y el encanto de los pueblos que vertebran el geoparque hay una palabra que conviene memorizar: ‘flysch’. Se trata de un término alemán que significa ‘fluir’, ‘deslizarse’ o ‘terreno que resbala’ y hace referencia a las milhojas de rocas que pueden apreciarse en la casi totalidad de este tramo de la costa vasca: en las paredes de los acantilados, en el lecho costero o, incluso, penetrando en la arena playera.
En ningún otro lugar de Europa se puede observar con tanta claridad la secuencia continua de estratos geológicos que narran los grandes episodios de la Tierra como si fuera un archivo natural del tiempo.
¿Qué no debo perderme en el Geoparque de la Costa Vasca?
- La playa de Itzurun de Zumaia, acaso el tramo más urbano (y retocado por la mano humana) del ‘flysch’ pero con un atractivo muy especial: la ermita de San Telmo sirvió de escenario a la película ‘Ocho Apellidos Vascos’ y la playa puede verse en la serie ‘Juego de Tronos’.
- El mirador Baratzazarrak que regala una gigantesca panorámica de la costa y permite apreciar cómo los montes han sido rebanados en su encuentro con el mar.
- La playa de Sakoneta en la que el ‘flysch’ se muestra en todo su esplendor y regala fotografías que podrían haber sido sacadas en cualquier otro planeta del Sistema Solar.
¿Qué lugar secreto puedo conocer cerca del Geoparque de la Costa Vasca?
Merece la pena remontar la carretera que parte, rumbo sur, hacia Lastur, un pequeño valle verde habitado por unos pocos caseríos, un molino tradicional o un frontón que sorprende por su gran tamaño. Una curiosidad: el valle de Lastur cuenta con su propia raza de toros, una de las más antiguas de Europa: las betizu o larrabehiak.
Parque Nacional Marítimo-Terrestre Das Illas Atlánticas de Galicia. Galicia
¿Dónde se encuentra el Parque Nacional Marítimo-Terrestre Das Illas Atlánticas de Galicia?
No es sencillo explicarlo pues este parque se distribuye en cuatro espacios diferentes, cuatro archipiélagos privilegiados de la costa atlántica gallega, repartidos por la mitad sur de la Ría Baixas. Es decir, no es un parque para ser conocido a bordo de un coche, sino de un barco. Mejor nos olvidamos de los volantes y nos acostumbramos a los timones. Comenzando en el norte y muy próxima a tierra firme encontramos la isla de Cortegada, en la ría de Arousa; mar adentro, pero también en Arousa, la isla de Sálvora; viajando rumbo sur nos toparemos con el archipiélago de las Ons que protege la ría de Pontevedra y de Aldán y, finalmente, cerrando la ría de Vigo, el archipiélago de las Cíes.
¿Qué tiene de especial el Parque Nacional Marítimo-Terrestre Das Illas Atlánticas de Galicia?
Tampoco es fácil condensar toda esta información en una respuesta. Si una isla suele ser un continente en miniatura, imagina lo que pueden dar de sí estos archipiélagos. Nos encontramos ante un collage único en el que tienen cabida casi todos los paisajes marinos (tanto de superficie como sumergidos) posibles: un collage que combina playas de arena blanca y dunas que contrastan con acantilados escarpados, pinares y praderas marinas; bosques indómitos tras décadas de crecimiento vegetal casi salvaje (el caso de la muy espacial isla de Cortegada), colonias de aves de importancia mundial o, no menos importante, unos muy valiosos fondos marinos extraordinariamente protegidos. Basta un dato para que quede claro: de las 8.480 hectáreas que ocupa el Parque Nacional, sólo 1.194 pertenecen a superficie terrestre de islas e islotes. El resto, 7.285 hectáreas, son superficie marina protegida. Es decir: aquello que no se ve es tan importante como lo que vemos.
¿Qué no debo perderme en el Parque Nacional Marítimo-Terrestre Das Illas Atlánticas de Galicia?
- Isla de Cortegada. Toda una rareza en el litoral norteño. Una isla que fue regalada y olvidada durante décadas, convirtiéndose en lo que es hoy: un bosque singularísimo, apenas habitado por unas pocas ruinas, por el que es un placer inmenso pasear.
- Faro y acantilados de Ons: una de las excursiones clásicas desde el bello Sanxenxo, una isla única con playas poco frecuentadas, senderos y un romántico faro.
- Playa de Rodas en las Islas Cíes: acaso sea la postal más famosa –una playa idílica, de apariencia puramente caribeña– del Parque Nacional-Marítimo: una playa reseñada por el mismo New York Times como una de las más espectaculares de Europa..
¿Qué lugar secreto puedo conocer cerca del Parque Nacional Marítimo-Terrestre Das Illas Atlánticas de Galicia?
Hablando de islas… sigamos con otra de ellas. Una muy especial, con parte del atractivo salvaje de los archipiélagos mencionados pero con un punto más humano: la isla de Arousa. Conectada a tierra por carretera, Arousa es una isla habitada que cuenta con recursos culturales como las antiguas instalaciones conserveras de Goday y playas idílicas como Area da Secada.
Conectada a tierra por carretera, Arousa es una isla habitada que cuenta con recursos culturales como las antiguas instalaciones conserveras de Goday y playas idílicas como Area da Secada.
