La necesidad de madera para la construcción naval llevó a buscar las especies que mejor funcionaban para la industria maderera. Así, durante el franquismo, en 1940, se plantaron estas secuoyas. La plantación, llena de pequeños recorridos y pasarelas, tiene una extensión de 2,5 hectáreas y cuenta con unos 850 ejemplares de una altura media de 40 metros y un perímetro medio de los troncos de 2 metros.