Inicio / Reserva de la Biosfera Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo
Esta Reserva de la Biosfera ofrece un territorio excepcional que se extiende desde los acantilados y rías atlánticas hasta los valles y sierras del interior. A lo largo de sus más de 100 km de costa recortada se despliegan islotes y acantilados donde se encuentra una de las mayores poblaciones de cormorán moñudo del litoral gallego. Las rías y playas que jalonan este litoral actúan como refugio y zona de alimentación para numerosas aves migratorias, y también como lugar de cría del amenazado chorlitejo patinegro
Las cuencas de los ríos Mero y Mandeo conservan magníficos bosques de ribera, que sirven de corredor ecológico para la fauna y la flora y conectan importantes «fragas» o masas de bosque mixto autóctono. El compromiso de la Reserva de la Biosfera con la sostenibilidad se refleja en el impulso a la producción agroalimentaria ecológica y de proximidad, con productos como vinos, frutas o cervezas artesanales.
Con una interesante oferta de rutas interpretadas, observación de fauna y experiencias náuticas sostenibles, Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo es un destino vivo y accesible durante todo el año, que combina naturaleza, cultura y desarrollo local.
La Reserva de la Biosfera Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo es un destino ideal durante todo el año.
En primavera, los bosques y zonas húmedas lucen en su máximo esplendor, y es también la época en que puede observarse el paso migratorio de los limícolas en plumaje nupcial, así como la algarabía en las colonias de cría del cormorán moñudo a lo largo de la costa.
El verano permite disfrutar de rutas fluviales y marítimas, del patrimonio cultural y de los productos locales.
En otoño destacan los colores del paisaje, la migración de aves y la riqueza micológica.
Y en invierno, la tranquilidad del entorno invita a la observación de aves acuáticas y del cielo nocturno, en un territorio certificado como Destino Starlight.
La Reserva de la Biosfera Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo ofrece múltiples formas de acercarse a su naturaleza, cultura y modo de vida. Una excelente manera de conocer su territorio es a través de rutas fluviales y marítimas que combinan interpretación ambiental y patrimonio cultural.
Para quienes disfrutan de la observación de fauna, la reserva cuenta con una red de rutas ornitológicas señalizadas y miradores desde los que contemplar aves marinas, pelágicas y también mamíferos marinos. Otros espacios como las zonas turbosas y los hábitats húmedos permiten descubrir una flora única, especialmente rica en helechos.
La Reserva es también un modelo de desarrollo rural sostenible. Aquí se promueve la producción agroalimentaria con sello de calidad basada en productos locales, con un fuerte impulso a la agricultura ecológica. Vinos, cervezas artesanas, zumos y frutas de variedades autóctonas son solo algunos ejemplos que puedes degustar en mercados o restaurantes comprometidos con el territorio.
Además, como Destino Starlight, este espacio es ideal para disfrutar de cielos nocturnos limpios y observar las estrellas, combinando ciencia, paisaje y emoción.
El territorio de la Reserva está repleto de espacios que combinan valor natural, paisajístico y cultural. Entre los más emblemáticos destaca la bahía de Betanzos, donde la ría se abre paso entre marismas y humedales de gran riqueza biológica. En sus márgenes, el observatorio ornitológico de Souto y la ruta de O Bosque Animado permiten disfrutar de la biodiversidad local, especialmente aves acuáticas y limícolas. También el embalse de Cecebre, declarado Zona de Especial Conservación, es un excelente lugar para la observación de aves y el disfrute de senderos tranquilos.
En la costa, los acantilados de Dexo y los faros de Mera conforman un paisaje abrupto y de gran belleza, que alberga una de las colonias con mejores opciones para la observación de cormorán moñudo de Galicia, que puede verse desde el acantilado al otro lado de una estrecha ensenada. La Ría do Burgo, por su parte, tiene un agradable paseo fluvial a lo largo de su margen izquierda desde el que se pueden observar las numerosas aves que se alimentan en los fangos intermareales (zarapitos, agujas, ostreros, archibebes, correlimos, chorlitejos,…).
En el interior, la fervenza da Rexidoira ofrece una atractiva ruta fluvial entre molinos y vegetación de ribera, con varias cascadas como punto culminante. Y en la costa de Oleiros, la isla de Santa Cruz —unida al continente por una pasarela— combina naturaleza, patrimonio (con su castillo) y educación ambiental como sede del CEIDA.
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La Reserva Ecoturista de la España Verde es una invitación a vivir el norte de España de otra manera. No es una red de alojamientos