Inicio / ZEC Salburua (Vitoria-Gasteiz)
La ZEC Salburua es un humedal de gran valor natural e histórico, recuperado tras décadas de transformación agrícola. Gracias a un ambicioso proceso de restauración iniciado en 1994, hoy vuelve a ser un ecosistema vibrante, alimentado por acuíferos subterráneos y compuesto por lagunas, praderas húmedas y un valioso robledal de llanura.
Este espacio protegido acoge una notable diversidad biológica. Es zona clave para aves migratorias y reproductoras, con observatorios especialmente preparados para su contemplación. Entre los mamíferos destaca el visón europeo, un mustélido en peligro crítico de extinción y, ahora mismo, una de las especies más amenazadas de España. También son abundantes los anfibios y reptiles, y la flora acuática está representada por formaciones tan singulares como los carrizales de espadilla, la mejor conservada en la Península.
Conectado a la ciudad, Salburua es ideal para la educación ambiental, el paseo en a pie o en bicicleta, o el birdwatching, y su centro Ataria actúa como puerta de entrada a este ejemplo de espacio natural periurbano tan apreciado por vitorianos y visitantes
Salburua es un espacio natural que puede disfrutarse durante todo el año, ya que su valor reside tanto en los procesos ecológicos como en la presencia estacional de distintas especies.
Durante la primavera y el verano, las lagunas y zonas de ribera muestran su mayor esplendor vegetal, con abundante fauna acuática, canto de aves nidificantes y una gran actividad biológica en general.
El otoño es una buena época para la observación de aves migratorias en paso y el espectáculo natural de la berrea del ciervo a un paso de la ciudad, mientras que el invierno convierte a Salburua en un refugio fundamental para muchas especies de aves acuáticas procedentes del norte de Europa. La red de pasarelas y observatorios, junto con el centro de interpretación Ataria, facilitan la visita en cualquier estación, tanto para un paseo tranquilo como para varias jornadas dedicadas a la observación de fauna.
Salburua ofrece un entorno privilegiado para la observación de aves, con rutas señalizadas que recorren el perímetro de las lagunas y una red de observatorios y pasarelas que permiten acercarse discretamente a las zonas más activas del humedal. Es un espacio muy accesible y bien adaptado para la interpretación de la naturaleza, con el centro de visitantes Ataria como punto de partida ideal para comprender el valor ecológico del lugar antes de comenzar la visita. El recorrido permite, además, descubrir robledales de llanura, bosques de ribera y una rica vegetación acuática. La ausencia de desniveles hacen que la bicicleta sea una forma idónea para descubrir este espacio y sus alrededores, con rutas guiadas de enorme interés, como la vía verde del ferrocarril vasco-navarro o la que lleva hasta el embalse de Urizar Auzoa
Es un espacio natural muy recomendable durante todo el año, ya que la fauna cambia con las estaciones, siendo especialmente interesantes los periodos migratorios y la invernada. Además, se puede combinar fácilmente con otros espacios naturales próximos como los Parques Naturales de Izki y Gorbeia o la ZEC de Valderejo.
Empresas locales ofrecen actividades de interpretación ambiental, dirigidas a públicos diversos. Lo más singular de la visita a Salburua es que se pueden hacer rutas guiadas de interpretación y observación de fauna en bicicleta eléctrica. Tanto la actividad como las bicicletas se pueden alquilar en Ataria.
El espacio natural de Salburua, en el entorno urbano de Vitoria-Gasteiz, se ha convertido en un ejemplo destacado de restauración ambiental de humedales y en el primer destino de ecoturismo urbano certificado en España. El recorrido por este enclave permite conocer un sistema lagunar recuperado que acoge una sorprendente diversidad de fauna y flora, especialmente aves acuáticas y especies ligadas al medio húmedo. El centro de interpretación Ataria, situado junto a las lagunas, es el punto de partida ideal para recorrer sus senderos y pasarelas, y ofrece una visión general del funcionamiento ecológico de estos humedales. La balsa de Arcaute, por su parte, es uno de los puntos de observación de aves más interesantes, con equipamientos adaptados que permiten la contemplación sin interferir en la fauna. Es también el enclave para disfrutar de la manada de aproximadamente un centenar de ciervos que habitan el parque, introducidos para controlar, mediante el pastoreo en extensivo “a diente” de estos grandes herbívoros, la vegetación del entorno de la lámina de agua. El entorno combina zonas de vegetación perilagunar, bosques ribereños y uno de los pocos robledales de llanura que quedan en la Llanada Alavesa, conformando un paisaje valioso tanto por su biodiversidad como por su proximidad al casco urbano.
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