Cuatro tesoros vinateros de la España Verde para conocer durante la vendimia

Sólo cuando el verano se marcha a dormir, despierta la vendimia. Es en estas fechas cuando las bodegas de la España Verde registran un pico de actividad que enriquece la experiencia de visitarlas. Por supuesto, se pueden conocer sus secretos, pasear sus viñedos, catar sus vinos y, a la vez, ser testigos de las semanas más ajetreadas del año

  1. Rioja Alavesa (Euskadi) – D.O.Ca. Rioja

Laguardia

¿Qué paisaje voy a encontrar?

Uno de los espacios más singulares de las rutas del vino de la España Verde: miles de terrazas repletas de viñedos encerradas entre la rocosa sierra de Cantabria y el río Ebro. Esta singular ubicación posibilita un microclima que ha dado fama mundial a los vinos de Rioja Alavesa, que se enmarcan dentro de la Denominación de Origen más antigua de España.

¿Qué lugares no debo perderme?

Laguardia, que cabalga una peña y tiene un prodigioso pórtico policromado en su iglesia de Santa María de los Reyes; Elciego, famoso por albergar otro icono arquitectónico de titanio de Frank O. Gehry; Labastida, con su casco antiguo, su ambientazo y estupendas vistas sobre el valle del Ebro desde el mirador de la ermita; el coqueto Samaniego o el humedal de El Prao de la Paul. ¿Un broche de oro tras un día de sensaciones intensas viviendo el enoturismo en Rioja Alavesa? El dolmen de la Chabola de la Hechicera de Elvillar/Bilar al atardecer.

¿Qué experiencias vinateras puedo vivir?

Hay más de medio centenar de bodegas de todo tipo abiertas al público para conocer sus instalaciones, procesos, viñedos o caldos. Muchas de ellas ofrecen, también, experiencias a pie de viñedo. La fiesta de la vendimia de Rioja Alavesa (acaso la más celebrada vendimia en Euskadi) suele acontecer el 15 de septiembre y se celebra, cada año, en un pueblo diferente. El Centro Temático del Vino Villa Lucía, en Laguardia, es un completo museo volcado en descubrir todos los secretos del zumo de uva fermentado.

  1. Valle de Liébana (Cantabria) – I.G.P. Vinos de la Tierra de Liébana

Potes

¿Qué paisaje voy a encontrar?

En el caso del valle de Liébana importa tanto el destino como el viaje en sí: para llegar a él desde la costa hay que atravesar el estrecho desfiladero de la Hermida. En apenas cuarenta kilómetros se pasa del litoral a los pies de los grandes farallones de roca de los Picos de Europa. Liébana esconde, también, pueblos de montaña, iglesias medievales solitarias, hermosos hayedos, muchos prados y toda una cultura gastronómica vinculada a ese paisaje.

¿Qué lugares no debo perderme?

El valle de Liébana lleva siglos siendo un lugar mítico para el tránsito de personas. El monasterio de Santo Toribio de Liébana, alberga el Lignum Crucis, el mayor fragmento conocido de la cruz de Jesucristo. Esto le ha otorgado, desde la Edad Media, el reconocimiento como lugar santo para la cristiandad, junto con  Jerusalén, Roma y Santiago de Compostela.

Debido a esta importancia, el monasterio se ha convertido en una visita obligada para miles de peregrinos que recorren cada año el Camino Lebaniego, Patrimonio UNESCO. El recorrido une San Vicente de la Barquera, en el Camino de Santiago del Norte, con el citado monasterio atravesando cinco espacios naturales protegidos.

Además de su relevancia religiosa, el valle ofrece otros atractivos, como la monumental y siempre vibrante Potes, su rica gastronomía, que incluye quesos y orujo, además de vino, y el teleférico de Fuente Dé, que permite acceder a los Picos de Europa desde Cantabria.

¿Qué experiencias vinateras puedo vivir?

Durante siglos, el valle de Liébana dio la espalda a la producción vinatera llegando casi a perderse esta tradición. En la actualidad, cada vez son más las bodegas que trabajan el vino y se organizan en torno a la Indicación Geográfica Protegida de Vinos de la Tierra de Liébana. Algunas de ellas, pueden visitarse y realizar catas no sólo de los vinos sino, también, de sus reputados licores de orujo.

  1. Valle del Narcea (Asturias) – D.O.P. Cangas

Reserva de la Biosfera de Muniellos

¿Qué paisaje voy a encontrar?

Un paisaje puramente asturiano pero aliñado con viñas. ¿Qué quiere decir esto? Que hay valles estrechos, pocas llanuras, grandes montañas y laderas de pendientes imposibles en las que crecen las viñas. Los vinos de la D.O.P. Cangas deslumbran no sólo en la cata sino por su propia naturaleza, por elaborarse en un territorio con una escasa fama vinatera… y con mucha fama sidrera, aunque en este rincón de Asturias llevan trabajando la uva desde la Edad Media.

¿Qué lugares no debo perderme?

Lo ideal es comenzar por Cangas de Narcea, el principal núcleo urbano, vivir su ambiente, conocer sus palacetes y empaparse de todas las posibilidades de la comarca. La siguiente parada obligada es en el  Monasterio de Corias, conocido como ‘El Escorial asturiano’ por su extraordinarias dimensiones. Este edificio religioso sería el epicentro de la Asturias vinatera, amén de acoger una reputada bodega abierta a las catas y las visitas. Los amantes de la naturaleza sin domar deberán acercarse a Muniellos, puerta de acceso para conocer el mayor robledal de España, declarado junto a otros espacios Reserva de la Biosfera de Muniellos.

¿Qué experiencias vinateras puedo vivir?

Toparse con viñedos en una orografía tan accidentada como la asturiana siempre impacta. No lo llaman’ viticultura heroica’ por nada. Por supuesto, puede visitarse media docena de bodegas, llagares y unos viñedos que suelen gozar de inmejorables vistas. A mediados del mes de octubre (obsérvese la diferencia de fechas con respecto a las de Rioja Alavesa) se celebra un festival en torno al inicio de la vendimia en Cangas de Narcea, una ocasión inmejorable para acercarse a la zona.

  1. O Salnés (Galicia) – D.O.P. Rías Baixas

Cambados

¿Qué paisaje voy a encontrar?

Uno enrevesado, complejo y fascinante que combina rías, playas, mar abierto, litoral rocoso… Esta variedad de suavidad de perfiles ha alumbrado un paraje vinatero único: centenares de hectáreas de viñas con vistas al Atlántico cargadas en su mayoría de la icónica uva Albariño, vecinas a playas, a pueblos marineros con mucho encanto o a espacios naturales únicos en Europa.

¿Qué lugares no debo perderme?

Sólo en la comarca de O Salnés hay un buen puñado de espacios naturales, urbanos o culturales cuya visita se puede alternar a la perfección con el turismo vitivinícola: el acogedor pueblo de Cambados, la idílica Illa da Toxa,  el sofisticado Sanxenxo, la Illa de Ons que vigila la península de O Salnés, la gran playa de A Lanzada, el vasto complejo intermareal Umia-O Grove (ideal para el avistamiento de aves) o cualquier rincón de la Illa da Arousa para practicar senderismo y respirar aire fresco del Atlántico.

¿Qué experiencias vinateras puedo vivir?

Más de una treintena de bodegas de O Salnés con la Denominación de Origen Rías Baixas tienen abiertas sus puertas a las visitas, a las catas, a los paseos por los viñedos o los maridajes con los frutos de mar que han hecho famosa a Galicia. Si hubiera que marcar una fecha en el calendario, ésta sería, sin duda, el primer fin de semana de agosto, cuando se celebra la Festa do Albariño, una de las celebraciones vitivinícolas más importantes de Galicia y de toda España. Tiene lugar en Cambados y, entre otras muchas actividades, se premia el mejor Albariño del año.

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