La España Verde se ve, se vive, se siente, se viaja y, por supuesto, se bebe y se mastica. ¿Por qué tiene tanta fama gastronómica el norte de España? ¿Tal vez por trabajar con materias primas naturales? ¿Por respetar al máximo el producto y apenas añadir aderezos? ¿Por qué la comida y la bebida es todo un fenómeno social y cultural? Hemos seleccionado cuatro productos típicos de la España Verde y te desvelamos cómo vivir sus experiencias gastronómicas a tope.
Alubia de Tolosa, en Gipuzkoa (Euskadi)
Todo sobre la alubia de Tolosa
En el siglo XVI, la agricultura de los caseríos vascos sufrió un gran cambio al introducirse una serie de alimentos llegados de un continente recién descubierto llamado América. Algunos de esos alimentos se adaptaron perfectamente a los climas, los suelos y los estómagos de Euskadi: la patata, el maíz, el tomate o, por supuesto, la alubia.
Cinco siglos después de aquello, la alubia es uno de los iconos gastronómicos de Tolosa, un plato tan minimalista como exquisito: basta un poco de aceite de oliva, agua y alubias cocinadas durante horas a fuego muy lento. Sólo así se logra que el puchero presente su afamado aspecto achocolatado. Luego se acompaña de una morcilla (de la vecina comarca del Goierri, por ejemplo) cocida aparte, piparras encurtidas de la, también, vecina localidad de Ibarra y berza cocida. Nada más. Ahí está una buena alubiada o, como se dice en un euskera, un plato de ‘babarrunak’.
Qué hacer en Tolosa
– Pasear por un casco antiguo que, hace unos siglos, era una isla en medio del río Oria y sigue conservando sus callejas estrechas y su trazado medieval. Vista desde la otra orilla del río su iglesia de Santa María sigue conservando el aspecto de fortaleza inexpugnable.
– Dejarse caer un sábado por la plaza Euskal Herria o el edificio del Tinglado para conocer al popular mercado de los sábados, una cita ineludible para todos los amantes de la gastronomía y los productos autóctonos.
– Descubrir el Museo Internacional de Títeres de Tolosa (TOPIC), uno de los más importantes de Europa dedicados al arte del títere con más de 1.500 piezas de todo el mundo.
Anchoas de Santoña (Cantabria)
Todo sobre la anchoa de Santoña
A finales del siglo XIX el empresario italiano Giovanni Vela llegó a Santoña en busca de caladeros de pesca que le pudieran proveer de anchoas para prepararlas en Salazón. Y lo encontró en este rincón de Cantabria en el que, sobre todo, se trabajaba la sardina, el bonito o el besugo. La anchoa, qué paradoja, no tenía la reputación que alcanzaría en el siglo XXI. Las técnicas de salazón italianas, las capturas de la exquisita anchoa del Cantábrico y el trabajo, siempre artesanal, de las conserveras del pueblo convirtió a esta modesta especie en un apreciado y delicioso producto gourmet.
Basta con pasear por los rincones adecuados de Santoña para percibir el embriagador aroma de esta salazón que ha hecho famosa a Cantabria y cuyas aplicaciones gastronómicas son infinitas, como lo demuestra un maridaje tan insólito como delicioso: anchoa de Santoña sobre una pieza de sobao pasiego.
Qué hacer en Santoña
– Visitar alguna de las fábricas conserveras de Santoña para conocer la historia, la importancia social y cultural, el proceso de producción del producto y realizar una cata de anchoas. Si la visita se realiza en primavera habrá que tener en cuenta las fechas de la Feria de la Anchoa y la Conserva de Cantabria.
– Explorar algunos de los rincones más emblemáticos del monte Buciero como las fortificaciones de San Martín o de San Carlos, adosadas a una de sus laderas, o el faro del Caballo.
– Subirse a bordo de la barca del Puntal que une Santoña con Laredo, una forma de transporte centenaria que evita dar un gran rodeo por carretera y desembarca en la mismísima arena de la playa.
La sidra asturiana en la Comarca de la Sidra (Asturias)
Todo sobre la sidra asturiana
Si hay una bebida que ilustra a la perfección la esencia del Principado de Asturias esa es la sidra. No sólo es una seña de identidad cultural sino un elemento vertebrador a lo largo y ancho de todo el territorio asturiano. Tanto en la costa como en las montañas, la sidra y sus rituales son omnipresentes y prácticamente en cualquier bar, restaurante o chigre se puede pedir un culín (refrescante y burbujeante tras el escanciado) de esta bebida de zumo de manzana fermentado.
Sin embargo, hay una zona de Asturias que huele especialmente a sidra. Se trata de la Comarca de la Sidra formada por los concejos de Bimenes, Cabranes, Colunga, Nava, Sariego y Villaviciosa.
Qué hacer en la Comarca de la Sidra
– Visitar el Museo de la Sidra en Nava que ofrece un recorrido interactivo por la historia, la cultura y el proceso de elaboración de la sidra, desde la recolección hasta el escanciado, además de participar en catas y experiencias sensoriales.
– Hacer coincidir la visita con alguna de las festividades nacidas en torno a la sidra como la Preba de la Sidra o cata de la primera sidra (junio), el Festival de la Sidra de Nava (julio) o el Festival de la Manzana de Villaviciosa, en octubre de los años impares como este 2025.
– Pasear por la senda costera de la Reserva Natural Parcial de la ría de Villaviciosa, en dirección a la desembocadura, entre marismas, dunas y bosques.
El mejillón gallego en Vigo, Pontevedra (Galicia)
Todo sobre el mejillón gallego
No exageramos si decimos que el mejillón es uno de los pilares de la gastronomía gallega. No solo por su omnipresencia y versatilidad (está presente en decenas de recetas) sino, también, por su importancia económica, cultural y hasta paisajística. Basta con asomarse a cualquier ría gallega para apreciar el espectáculo de las bateas, esas estructuras que permiten cultivar el mejillón como si fuera un cereal. En un país rodeado de mar como España el mejillón está omnipresente en muchas gastronomías pero sólo en la gallega (por su calidad, por su tamaño, por el saber hacer…) alcanza el estatus de Rey de los Moluscos.
Vigo es el epicentro de la pesca en España: cuenta con la mayor lonja pesquera de España, es uno de los puertos pesqueros más importantes de Europa y alberga la mayor flota pesquera de altura y gran altura del país. Además, es un centro clave para la industria de transformación y comercialización de productos del mar.
Qué hacer en Vigo
– Embarcarse en una de las naves que recorren la bahía y ría de Vigo, aproximarse a la bateas y conocer los secretos que rodean el cultivo de mejillón. Muchos de los tours incluyen una cata de mejillón para que los navegantes aprendan teoría y práctica.
– Visitar la lonja pesquera de Vigo, la mayor del país y ser testigo de la frenética actividad que se respira.
– Continuar con la ruta del molusco (y del pescado y el marisco) en las propias calles de O Berbés y el Casco Vello de Vigo en las que se concentra una gran oferta de bares y restaurantes que se nutren del género fresco del puerto y la lonja.