En los días fríos del invierno nada reconforta más que un dulce. Si, además, estás viajando por la España Verde, visitando playas solitarias o recorriendo bosques con un manto otoñal de hojas, un alto en el camino para recargar calorías puede ser el mejor de los planes. Hemos seleccionado cuatro tartas típicas del norte, algunas tienen décadas de edad, otras acaban de saltar a la fama en Instagram. Todas ellas te dejarán el mejor sabor de boca. Garantizado.
Tarta de manzana asturiana. Asturias
¿Cuál es la receta de la tarta de manzana de Asturias?
Recetas de tartas de manzana hay muchas, no vamos a engañar a nadie. Estamos hablando de uno de los frutos más universales que se cultiva y consume en gran parte del planeta. ¿Qué hace especiales a las diferentes recetas que se preparan en los hornos asturianos? Principalmente, un saber hacer de siglos, la utilización de producto autóctonos y naturales, y un proceso tan sencillo como concienzudo: ¡la buena repostería no perdona las improvisaciones! Un último consejo: algunas pastelerías asturianas enriquecen la receta tradicional (base de harina, crema pastelera y cobertura de manzana) con pequeños trucos como añadir mermeladas (de la propia manzana o hasta de albaricoque) o almendras laminadas
¿Cuál es la historia de la tarta de manzana de Asturias?
Es imposible conocerla con exactitud pero sencillo intuirla, sobre todo teniendo en cuenta las conexiones marítimas de Asturias con Europa. Aunque el ingrediente clave, la manzana, es protagonista en la cultura gastronómica asturiana desde hace siglos, es en el XIX cuando las influencias y técnicas reposteras de Francia o Inglaterra desembarcan en España. La tarta de manzana asturiana fue, durante décadas, una de las muchas recetas que se preparaba en los hogares del Principado como una forma de aprovechamiento de los excedentes del fruto.
Con el tiempo, la tarta de manzana se consolidó como un postre típico en festividades y romerías, especialmente en otoño, coincidiendo con la temporada de «mayanza», en la recolección de manzanas para la sidra.
¿En qué ciudad o pueblo puedo probar la tarta de manzana de Asturias?
Son muchas las ciudades y pueblos asturianos que trabajan la tarta de manzana en pastelerías, cafeterías o restaurantes, destacando especialmente algunos locales míticos de Oviedo y Gijón. Todas las tartas son parecidas y, a la vez, radicalmente diferentes, según la recetas o los condimentos finales (helados, cremas…) que las acompañen. Hay un momento del año en el que el culto a la tarta alcanza sus cotas más altas, durante la celebración en el mes de octubre del Festival de la Manzana de Villaviciosa en el que panaderías y pastelerías compiten por la mejor tarta del año.
¿Qué otras tartas o dulces de Asturias me recomiendas?
Por lo general suele haber unanimidad a la hora de considerar los «carbayones» una pequeña obra maestra de la repostería asturiana. Se trata de unos pastelitos de hojaldre rellenos de una masa sabrosísima de almendra marcona y cubiertos de un almíbar de yema y azúcar. Imposible comer sólo uno.
Tarta de hojaldre de Torrelavega. Cantabria
¿Cuál es la receta de la tarta de hojaldre de Torrelavega?
Endiabladamente sencilla y, a la vez, endiabladamente complicada pues es fundamental hacerla con hojaldre casero y artesano, lo que complejiza el proceso. ¿En qué consiste? En capas de hojaldre alternadas con crema de mantequilla y, en la cima, almendra laminada y azúcar glas.
¿Cuál es la historia de la tarta de hojaldre de Torrelavega?
Como otras tantas historias, el idilio de la localidad cántabra de Torrelavega con la repostería más refinada es fruto del tesón de unos cuantos emprendedores que, décadas atrás, se enamoraron de uno de los mayores inventos gastronómicos de la historia: el hojaldre. A mediados del siglo XX varios pasteleros de la ciudad comenzaron a perfeccionar una receta sencilla pero exquisita: capas finas de hojaldre crujiente alternadas con deliciosa crema de mantequilla y cubiertas con un sombrero de almendra laminada y azúcar glaseado. Bien es cierto que existen, tanto en España como en Europa, muchas versiones de este clásico de la repostería pero fueron varias pastelerías locales (y familiares) de Torrelavega las que marcaron la diferencia con dos hechos: por un lado, trabajando de una forma exquisita y concienzuda el hojaldre y, por otro, beneficiándose de la extraordinaria producción mantequillera de Cantabria.
¿En qué ciudad o pueblo puedo probar la ?
No tiene pérdida: el mejor lugar para probarla es Torrelavega, en el corazón de Cantabria y a muy pocos kilómetros de Santander. Una vez allí es sencillo toparse con alguna de las confiterías y pastelerías históricas como que siguen trabajando de forma artesanal, son fieles a la receta original y todo lo que ello conlleva: no se utilizan ni ingredientes, ni técnicas, ni colorantes industriales, todo natural y solo las mejores materias primas. La gran ventaja de la tarta de hojaldre es que se consume a temperatura ambiente y puede degustarse allí mismo o llevarse una caja (o varias) con la delicia a buen recaudo para prolongar el placer de comerla un par de días más tarde. Por cierto, los amantes del hojaldre (pues seguro que los hay) tienen una cita todos los agostos en la Feria del Hojaldre que se celebra en Torrelavega dede hace más de diez años.
¿Qué otras tartas o dulces de Cantabria me recomiendas?
No es una exageración, Cantabria es un paraíso para los amantes de la repostería y la mantequilla. Quienes busquen una textura radicalmente diferente a la de la tarta de hojaldre la encontrará en otra de las joyas de la repostería cántabra: las quesadas, un dulce típico (no se les puede considerar «tartas») que, al igual que los famosísimos y universales sobaos, provienen de los Valles Pasiegos.
Tarta de Queso Donostiarra o Basque Cheesecake. Donostia-San Sebastián, Gipuzkoa. Euskadi
¿Cuál es la receta de la Basque Cheesecake?
Se trata de una tarta de queso horneada, elaborada a partir de una mezcla de quesos blandos y azúcar. Se caracteriza por su untuosidad y por su aspecto, ligeramente tiznado en el exterior y pálido en el interior. Se consume a temperatura ambiente.
¿Cuál es la historia de la Basque Cheesecake?
Muy a pesar de otros dulces típicos donostiarras, la tarta de queso de la ciudad es un plato gastronómico que irrumpió hace muy pocos años y, prácticamente de la noche a la mañana, se convirtió en un clásico que ha eclipsado a todos los demás. La receta nació en un bar de pintxos de la calle 31 de Agosto, como una alternativa dulce a la habitual variedad de tapas saladas. Con el boom del turismo experimentado por la ciudad en los últimos 10 años y gracias al impacto de las redes sociales (sobre todo aquellas llevadas por influencers extranjeros), la tarta de queso donostiarra, universalmente conocida como Basque Cheesecake está viviendo una auténtica edad dorada.
¿En qué ciudad o pueblo puedo probar la Basque Cheesecake?
Donostia/San Sebastián es, sin duda, la zona cero de la Basque Cheesecake, aunque cada vez más establecimientos de todo Euskadi la están trabajando. Es en la capital guipuzcoana donde comenzó la tradición, donde se forman largas colas en el establecimiento original y donde la moda ha salpicado a otras tantas pastelerías y obradores que trabajan el producto. Actualmente, se pueden encontrar hasta versiones industriales de la tarta de queso donostiarra en supermercados. Un plan muy habitual suele consistir en solicitar una ración para llevar en alguno de los establecimientos de la Parte Vieja y comerla en el malecón del Paseo Nuevo, con vistas al Cantábrico
¿Qué otra tarta o dulce de Euskadi me recomiendas?
La pantxineta, una tarta de hojaldre rellena de crema pastelera y cubierta con almendras laminadas tostadas y azúcar glas. Tiene casi cien años y está inspirada en la repostería francesa que se elaboraba en la sofisticada Biarritz durante la Belle Epoque. A diferencia de la tarta de queso, ésta combina textura cremosas con crujientes y diferentes temperaturas, sobre todo cuando la pantxineta se sirve templada y acompañada de helado.
Tarta de Santiago. Galicia
¿Cuál es la receta de la Tarta de Santiago?
No todo el mundo se cree que esta tarta con aspecto esponjoso no lleve harina. Y, efectivamente, no la lleva. El milagro alquímico de la tarta de Santiago se debe íntegramente a la almendra molida, los huevos, la mantequilla y el azúcar. También ha jugado un papel importante en su popularización la emblemática cruz de Santiago impresa entre azúcar glas y, por supuesto, los miles de peregrinos de todo el mundo que llegan hasta Santiago de Compostela que quedan prendados de su sabor y jugosidad.
¿Cuál es la historia de la tarta gallega de Santiago?
Sus orígenes se hunden tan profundamente en el cráter del tiempo que resulta harto complicado conocer el cómo, el por qué o el quién de esta historia pero hay algunas certezas. De entrada, se tiene constancia que en el siglo XVI ya existía un «bizcocho de almendra» típico que cataban en la ciudad y de la que, por supuesto, algunos peregrinos hicieron mención en sus crónicas. La receta moderna se consolida en el siglo XIX, cuando la pieza repostera se llama Tarta de Almendra pero es en el siglo XX cuando una pastelería, Casa Mora, en 1925 tiene la idea de espolvorear azúcar glas sobre una silueta de la cruz de Santiago. Había nacido un mito. En 2006, la Tarta de Santiago obtuvo la Indicación Geográfica Protegida, que garantiza su elaboración tradicional y su vínculo con Galicia.
¿En qué ciudad o pueblo puedo probar la tarta gallega de Santiago?
El mejor lugar, sin duda, es Santiago de Compostela, capital espiritual de Galicia y el deseado destino para miles de peregrinos (de los que caminan, pedalean sobre una bici o cabalgan un caballo) cada año. No obstante, la popularidad de la tarta de Santiago es tan descomunal que, hoy en día, es rara la pastelería u obrador gallego que no trabaje este producto e introduzca interesante matices como sabores de limón y canela o acompañamientos con vinos dulces. ¿Cómo acertar a la hora de elegir al mejor? Que las materias primas sean lo más naturales posibles.
¿Qué otras tartas o dulces de Galicia me recomiendas?
Hay quien se refiere a las «filloas» como las «hermanas» de los crêpes franceses porque hay un nexo familiar más que evidente: un fino preparado a base de harina, huevo y leche que se acompaña del condimento dulce que se desee (aunque también existen numerosas variaciones saladas). Las posibilidades son infinitas: se puede acompañar de zumo de limón y azúcar, con chocolate o, muy apropiado para los meses otoñales, con castañas asadas. A lo largo y ancho de Galicia hay varias ferias dedicadas a las filloas.















