Lo has adivinado. La España Verde se llama así porque hay un color que lo cubre todo. Salpica los prados de alta montaña, viste bosques autóctonos y llega hasta la mismísima orilla del mar. No es el único color, hay miles más, pero éste es omnipresente.
Un paisaje verde significa un paisaje diverso, rico y heterogéneo que está deseando mostrarse a aquellos que lo sepan apreciar y lo respeten. Por ello, la España Verde te invita a que la conozcas en profundidad, a que la camines, la descubras, la nades, la escales, la cabalgues o la pedalees. Para que explores sus cuevas o desciendas sus ríos. Un territorio ideal para el turismo activo y la aventura.
La España Verde acoge 2.500 kilómetros de costa, dos Parques Nacionales, 15 Reservas de la Biosfera y más de 200 espacios naturales protegidos. Ello se traduce en una gran abundancia y variedad de ecosistemas: desde playas salvajes con dunas a bosques autóctonos, pasando por parajes de alta montaña, acantilados, marismas, cañones fluviales o cuevas. Y no olvides la biodiversidad, las aves que paran aquí en sus viajes migratorios o especies como los osos que han hallado en estas regiones un futuro protegido.
A lo largo y ancho de los cuatro territorios podrás combinar en un mismo día paisajes de mar y montaña, amanecer junto a un hayedo de Euskadi y caminar pocas horas después por unas dunas de Cantabria; asombrarte en los parajes asturianos de los Picos de Europa y asomarte a unos de los acantilados más altos de Europa, en Galicia.
